Desde hace varias semanas hemos en la casa hemos seguido las emisiones de la nueva temporada(10a) de American Idol, con Steven Tyler, Jennifer López y Randy Jackson como jurados.
Debo decir que en años anteriores había visto algunas etapas de casting y del concurso, pero no con un seguimiento detenido. Cosa contraria ala emisión de este 2011, en donde hemos seguido las transmisiones con mucha regularidad.
Una de las razones por las que el programa intereso a Lupis fue por que es fan de Steven Tyler y pues ahí ya de entrada se aseguraba que no le cambiara de canal, jejej.

Steven "el boquitas" Tyler o el "dockero", como le dice Valentina
El show nos fue atrapando poco a poco, al ir viendo a los talentosos chamacos y no tan chamacos que desfilaban en las audiciones, y también a uno que otro adefesio que nos hacía soltar la carcajada.
Ahora que empezó la etapa final, con la votación del público y demás, me pude dar cuenta de lo diferente de la estructura del programa, de sus reglas y sobre todo, de la idea con la que está concebida el show y hasta de la manera en cómo manejan la situación tanto participantes como jurado, público, conductor.
Hace poco hacíamos la comparación con LacrAdemia, en donde nos dan cuenta y seña de la vida, historia y obra de Pepito, le humilde cantante de pesero que ve en la Academia su oportunidad para ser alguien en la vida, porque su sueño ha sido vivir de la cantada; aunque mientras dure el "reality" vivirá de las cantaletas que pueda hacer en el escenario, esperando que el pueblo mexicano lo favorezca con sus votos. O la historia de Juancho, que se ganaba sus centavos ruleteando y que se le ocurrió hacer casting porque en las fiestas siempre se echaba su palomazo y le decían que que bonito cantaba.
Nos enteramos hasta de quien fue su novia o novio de la primaria, que si la pareja actual lo o la deja, que si el abuelito está enfermo, que si de niño su papá le regaló un muñeco He-man y "mira, hoy, aquí...está tu muñeco de He-man, después de 33 años, hoy, aquí, está tu muñecote".
Y así podemos seguirle: el hermanito en silla de ruedas, el papá borrachote, la mamá orgullosa, el primo ratero que se arrepiente, la novia que le pone el cuerno, el novio que le pide matrimoño, pura finura.

Las ganas de ir al baño hacen estragos en los participantes de LacrAdemia
Y los jueces, puag, esos shows de los jueces se cuece aparte, o de la Lolita Cortés; cómo compararla con Jennifer López, no hay por donde, o el güero Gavito vs el moreno Randy Jackson.
En American Idol el show se centra en quién canta y quién no. Claro que la dosis de carisma o de "caebien" de los participantes juega un papel trascendental, pero de eso se trata el show no?, si no mejor vean Siempre en Domingo.
Hasta las presentaciones son distintas. Mientras en LacrAdemia hacen circo, con bailarines y bailarinas uber exóticas, y plataformas y cables para "volar" y velas, y botargas. En American Idol lo mantienen simple, sencillo. El fulano que canta y nomás. Un instrumento si es que lo va a tocar y acompañamiento de la banda en vivo, tan tan.
También me llamó poderosamente la atención cuando en un mismo programa, zaz, 5 se van derechito a su casa y sin hacer pancho. Sin melodrama, sin maletita que jalar, sin arranques de locos de los jurados, sin close ups a las jetas de los implicados llenas de lágrimas, ni despedidas que duran 10 minutos. No, a lo que sigue, vámonos. Se agradece.
No vayan a empezar con su rollo del malinchismo y de apoyar el "producto nacional", no. Simplemente quiero hacer la diferencia entre las producciones y la calidad de las mismas. Mientras una nos ofrece circo, maroma y teatro, llantos y apela al morbo; el otro apela al carisma de los participantes, su voz y la capacidad que tengan de ganarse el favor del público por esos atributos.
En fin que seguiré viendo el Idol, porque además le gusta a Valentina, quien por cierto me pide le traduzca qué dice cada jurado jeje, el "dockero", el "pelón pelonete" y la "muchacha".
Nos vemos en el golpeo!
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