
El primer gol sí que fue pura táctica y colaboración de Oswaldo que no salió con la suficiente decisión. La jugada la tenían ensayada los argentinos y les salió. Fue un duro golpe.
Pero en la segunda parte México parecía que podría recuperarse, una pelota al travesaño de Nery Castillo, daban esperanza. Pero vino entonces la genialidad de Messi, que hay que decir, entró solo y sin marca. Se cambió de lado y eso bastó para que se perdiera su marca. Condujo unos metros y mató con soberbio gol.

Pero no fue así y se sentenció la derrota mexicana. Hubo un tiro escurrido de Guardado sobre el final del juego pero no hubo reacción.
En fin, que ahora México jugara por el (des) honroso tercer lugar de la Copa América.
En un siguiente post, mis conclusiones sobre la Selección Mexicana.
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