Encontré esta información en el blog de David Faitelson en ESPN. Está interesante.
Pan, circo... ¡y fútbol!
Olvídense de la evasión fiscal de los equipos del fútbol mexicano. Lo que realmente debería preocupar a los diputados son los negocios que los gobiernos estatales hacen y deshacen en torno a la industria del fútbol.

BRISTOL -- A nadie debe espantarle demasiado que una investigación arroje que muchos clubes del fútbol mexicano y la propia Federación de Fútbol tengan graves atrasos con el pago de impuestos. Lo que realmente sería interesante, señores diputados --si quieren ir a fondo-- sería desenmascarar cuánto dinero del erario público --es decir de nuestros impuestos-- gastan los gobiernos de los estados en la industria del fútbol.
Y los ejemplos están en más de un 60 por ciento de los equipos que conforman la Primera División. El Necaxa en Aguascalientes, el San Luis en San Luis Potosí, el Indios de Ciudad Juárez, el Morelia en Michoacán, el Jaguares en Tuxtla Gutiérrez, el Atlante en Quintana Roo, el Pachuca en Hidalgo y así, uno por uno, es fácil encontrar rastros donde la política se mezcló directamente con el fútbol en aras de conseguir un espectáculo que divierta, que distraiga, que mantenga la mente ocupada y lejana a los muchos problemas y carencias que generalmente envuelve la vida de los habitantes de una entidad.
El resto, aquí
Nos vemos en el golpeo!
Pan, circo... ¡y fútbol!
Olvídense de la evasión fiscal de los equipos del fútbol mexicano. Lo que realmente debería preocupar a los diputados son los negocios que los gobiernos estatales hacen y deshacen en torno a la industria del fútbol.

BRISTOL -- A nadie debe espantarle demasiado que una investigación arroje que muchos clubes del fútbol mexicano y la propia Federación de Fútbol tengan graves atrasos con el pago de impuestos. Lo que realmente sería interesante, señores diputados --si quieren ir a fondo-- sería desenmascarar cuánto dinero del erario público --es decir de nuestros impuestos-- gastan los gobiernos de los estados en la industria del fútbol.
Y los ejemplos están en más de un 60 por ciento de los equipos que conforman la Primera División. El Necaxa en Aguascalientes, el San Luis en San Luis Potosí, el Indios de Ciudad Juárez, el Morelia en Michoacán, el Jaguares en Tuxtla Gutiérrez, el Atlante en Quintana Roo, el Pachuca en Hidalgo y así, uno por uno, es fácil encontrar rastros donde la política se mezcló directamente con el fútbol en aras de conseguir un espectáculo que divierta, que distraiga, que mantenga la mente ocupada y lejana a los muchos problemas y carencias que generalmente envuelve la vida de los habitantes de una entidad.
El resto, aquí
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