Yo fui Scout. No "boy scout", no el clásico cliché de pantaloncillos cortos (bueno sí los usé pero no son taaaan cortos) y noñería (sí, había ñoños, pero son los menos).
Fue a principios de los 90, del 91 al 96 más o menos, cuando estuve en el Grupo 1 Na-Balam.
Ya saben la clásica historia de los hijos de una amiga de mi mamá están, nos invitan y chaz, un sábado en la tarde ya estábamos en el "Indejech", en sendas actividades. Esa vez los de mi edad no estaban (andaban en alguna actividad fuera), así que compartí con los más pequeños, los Lobatos. No recuerdo qué hicimos, pero el siguiente sábado ya estaba con la Tropa, sí así se llama a esa "categoría" de acuerdo a la edad.
Lo primero que descubrí fueron las Patrullas, especies de equipos, que tenían nombres de animales: Abejorros (un animalejo nada impresionante), Alces y Escorpiones (esos me sonaban a los malosos del lugar). Fue motivante que ese día el Guía de Alces, de nombre Pedro, me eligiera. A esa edad, iniciando la Secundaria como de 11 años, un chavo mayor que aparentaba bastante coolness te escogiera a ti para su equipo. Así que me convertí en Alce.
Fueron muchas las vivencias y experiencias que desde ese día me tocó vivir. Conocí a amigos, amigas, fui a campamentos (que es de lo mejor) en donde hacías actividades bien acá, riesgosas, como ir a meterte a la montaña, jugar en la noche una especia de guerrilla para encontrar un banderín rival, la fogata, las chicas, sí, sí hay chicas y bueno el ambiente es propicio jejeje :).
Después de estar en la Tropa, pasas a los Expedicionarios, una categoría más arriba con chavos más grandes, en donde los retos son mayores y la convivencia también evoluciona. Me tocó ir a un campamento nacional en Mérida con representantes de prácticamente todo el país. Fue algo bastante especial poder conocer otra ciudad, otras personas, competir y convivir con ellos.
Me tocó también la mudanza al Parque del Oriente, donde creo que el Grupo ha vivido sus mejores años, con muchos integrantes, entre scouts, directivos y padres de familia.
Ser Scout no es como lo pintan (totalmente). Sí, te enseñan técnicas, si no de supervivencia, sí para que no seas un inútil en ambientes "rurales" o "campiranos", por así llamarlos. Sí te enseñan a hacer una fogata (hay como chorrocientos de tipos y cada una sirve para algo); a hacer nudos, refugios (no, no tiendas de campaña), entre otras cosas que quizá en el mundo real-real, no sirvan tantísimo o que no puedas desenvolverte sin esos conocimientos, pero alguna vez te pueden llegarán a servir, en alguna situación, por extraño que suene.
Los Scouts también, y es creo lo más importante, fomentan valores como la honestidad, lealtad, amistad, hermandad, ayudar al prójimo (por más cliché que suene), a reafirmar tu autoestima, encontrar tu identidad, a perder la pena y el miedo, a estar por tu cuenta en situaciones complicadas, a resolver problemas por ti mismo, confiando en el grupo de amigos que te acompaña.
Por ello, no me arrepiento de haber sido Scout, ni lo niego o escondo como un pasaje penoso, oculto, que no quiera que conozcan. Ha sido todo un gusto.
P.D. Saludos a amigos feisbuqueros que también vistieron shorts y pañoletas: Nefti de Neft, Carlitos, Vito San, Mau Sanfi, Tere Carbonell (obviously), Eduardo Gutiérrez, Pilar Cariño
En memoria de Irma Hernández Aguilar.
Comentarios