Amables lectores de este blog:
La vida es un ciclo y a su vez ésta está llena de ciclos.
El pasado martes 8 de enero mi abuelita, María Teresa Chávez Olguín, fue llamada por Nuestro Señor para estar con Él en el reino de los cielos. Ya no la tenemos entre nosotros, pero sé que ahora está en un lugar mejor. Se ha ido, ha dejado la existencia terrenal pero siempre vivirá en los corazones y en la mente de quienes tuvimos la fortuna de estar cerca de ella, de conocerla, de quererla y de ser queridos por ella.
Mi abue Tere, como le decíamos, fue una mujer muy fuerte, hasta el final. Una enfermedad muy agresiva fue la causa de su fallecimiento, pero siempre, siempre, hasta el final de sus días, mi abue Tere se mostró como una mujer fuerte, sin queja alguna del dolor, del padecimiento, dijo adiós.
Mi abue Tere tuvo que sufrir la partida de una hija, Teresa, hace ya varios años (26), el mismo año en el que yo nací. Más tarde, la pérdida de su esposo, mi abuelo Alfonso, y después la de otra de sus hijas, Chelito, y se hizo cargo de la crianza de sus nietos Paulina y Eduardo.
Abuelita Tere ahora ya estás descansando, siempre te querremos, nunca de olvidaremos, estarás siempre en nuestros corazones.
La vida es un ciclo y a su vez ésta está llena de ciclos.
El pasado martes 8 de enero mi abuelita, María Teresa Chávez Olguín, fue llamada por Nuestro Señor para estar con Él en el reino de los cielos. Ya no la tenemos entre nosotros, pero sé que ahora está en un lugar mejor. Se ha ido, ha dejado la existencia terrenal pero siempre vivirá en los corazones y en la mente de quienes tuvimos la fortuna de estar cerca de ella, de conocerla, de quererla y de ser queridos por ella.
Mi abue Tere, como le decíamos, fue una mujer muy fuerte, hasta el final. Una enfermedad muy agresiva fue la causa de su fallecimiento, pero siempre, siempre, hasta el final de sus días, mi abue Tere se mostró como una mujer fuerte, sin queja alguna del dolor, del padecimiento, dijo adiós.
Mi abue Tere tuvo que sufrir la partida de una hija, Teresa, hace ya varios años (26), el mismo año en el que yo nací. Más tarde, la pérdida de su esposo, mi abuelo Alfonso, y después la de otra de sus hijas, Chelito, y se hizo cargo de la crianza de sus nietos Paulina y Eduardo.
Abuelita Tere ahora ya estás descansando, siempre te querremos, nunca de olvidaremos, estarás siempre en nuestros corazones.
Aquí mi abue con mi papá en el festejo del día del padre,
17 de junio de 2007, en Berriozabal, Chiapas.
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